Ojalá el mundo fuera
diferente. Que fuera inesperado,
bello, misterioso. Me gustaría ir a un lugar así. Alejarme de la polución,
del asfalto, de las filas de edificios sin fin. Me gustaría ver claramente
el cielo infinito,
sin que ninguna luz eclipsara el brillo de las estrellas, y si algo tiene que
taparlas, que sean las ramas de los
árboles, entrelazándose entre sí. Caminar sobre la arena abrasadora del desierto,
intimidarse ante las
cumbres nevadas. Sentir como el agua te salpica en la cara cuando una ola rompe.
Disfrutar de una naturaleza, brava, indominable,
caprichosa. Escuchar el silencio,
perdida en cualquier lugar. Sentir como la brisa te acaricia, te mece. La oscuridad de una gruta, la claridad de una pradera. La calidez de un
día soleado, el sobrecogimiento de una tormenta. Todo lo que nos perdemos en
hoy en día.
Quiero una realidad diferente, perderme en otro
mundo.
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